Con este lema retomamos una nueva campaña de concienciación en los centros educativos en materia de Autoprotección. La paciencia de los docentes se ve superada por el esfuerzo que deben dedicar a la actualización del Plan de Autoprotección Escolar, documento obligatorio. Al reducido tiempo asignado para el horario semanal se le suma la asignación de una tarea tediosa y que en la mayoría de las ocasiones se deja por imposible.

Lamentamos el conformismo y la falta de sensibilización que venimos detectando en nuestras visitas, y que recogemos en afirmaciones como “Alguien hizo un Plan una vez y por ahí anda…”, “Este año no toca hacer el simulacro (…), el curso pasado batimos el record en la evacuación”.

Hemos constatado que los profesionales de la enseñanza tienen que asumir responsabilidades y obligaciones en tareas que están lejos de los conocimientos para los que han sido formados, y para las que no disponen del tiempo necesario. Entre ellas, la de elaborar un Plan de Autoprotección cuyo desarrollo consideramos que debe enfocarse desde un punto de vista técnico y especializado.